La innovación social
La innovación, como ya hemos mencionado con anterioridad, no se refiere únicamente a los avances científicos o tecnológicos, sino a la aportación de un elemento novedoso que beneficie y cree valor a la sociedad a la que impacta.
Partiendo de lo general a lo particular, podemos incluso hablar de cinco tipos de innovaciones diferentes:
- La introducción de un nuevo producto.
- La introducción de un nuevo proceso.
- La apertura de un nuevo mercado.
- La conquista de nuevas fuentes de energías.
- Cambios en una organización industrial.
En cada uno de los puntos anteriores, Grupo Salinas ha incursionado con enorme éxito al introducir en la sociedad nuevos productos, procesos y mercados, así como la utilización de energías renovables y por ende abogar por un cambio necesario en las organizaciones industriales del país para que éstas generen Prosperidad Incluyente a toda la población.
Es por ello que en esta ocasión queremos hablar de la innovación social y en qué consiste. De acuerdo con la Stanford University, la innovación es todo aquello que crea valor social y que busca una solución novedosa a un problema social.
Añade que esta solución debe ser eficiente, sustentable y más justa respecto a otras soluciones, y su valor debe dirigirse a los intereses de la sociedad en su conjunto y a los intereses particulares, debido a que busca encontrar respuestas a los problemas sociales mediante la identificación y la entrega de nuevos servicios que mejoren la calidad de vida de los individuos y las comunidades.
También incluye la implementación de nuevos procesos de integración del mercado de trabajo, nuevas competencias, nuevos empleos y nuevas formas de participación, así como diversos elementos para que cada uno contribuya a mejorar la posición de los individuos.
Para poder alcanzar la innovación social se deben tener en cuenta las siguientes tendencias sociales y trabajar en alguna de ellas:
- Demográfica: migración y poblaciones cuya mayoría corra el riesgo de sobrepasar la edad adulta.
- Ambientales: agua, cambio climático y energía.
- Conectividad: soluciones y acceso a internet.
- Diversidad e inclusión.
- Pobreza: desigualdad, exclusión social y pobreza infantil.
- Salud y bienestar: desigualdad en servicios de salud, felicidad social y cuidados de la salud.
- Bienes y servicios éticos: comercio justo y producción local.
En cada una de estas ramificaciones primero se inicia con una idea que impacte a una comunidad en específico. Si tiene éxito, hay un proceso para mantener el nuevo modelo en la etapa de implementación y posteriormente se va escalando a poblaciones enteras que se beneficien de esta iniciativa.
Si se trata de una nueva empresa o una institución existente, lo más importante es considerar que el objetivo final es tener un impacto social.
En resumen, tú puedes ser un innovador social al identificar problemáticas que ocurran en tu comunidad y proponer soluciones viables para un bien común, sólo es cuestión de que sepas observar y sobre todo poder transmitir con claridad tu propuesta a los vecinos, amigos, familiares y personas que te rodean, pues solo así dejarás un legado que beneficie a las futuras generaciones con una idea de valor.