la IA llego

La I.A. llegó para quedarse,
¿cómo convivir con ella?

Una simulación virtual en la que los seres humanos viven artificialmente, mientras en el mundo real sus cuerpos están conectados a enormes campos de cultivo y sirven de fuente de energía para miles de máquinas. Robots programados para servir a las personas, pero que deciden rebelarse contra sus propias leyes. La supercomputadora de una nave espacial adquiere conciencia y sabotea la misión.

Desde la literatura hasta el cine, la ciencia ficción está llena de escenarios como estos. Hasta hace poco, era fácil pensar en ellos como mera fantasía, pero hace pocos años inició una nueva era.

¿Las máquinas desplazarán a las personas en una gran variedad de actividades?, ¿van a perderse muchos empleos?, ¿son una amenaza para nuestra privacidad?, ¿llegarán los sistemas inteligentes a ser tan inteligentes como los humanos o más?

Para Erik Huesca, estos temores son desproporcionados.

El presidente de la Fundación para el Conocimiento y la Cultura Digital en México y uno de los autores del libro Mi vecino es un robot, sostiene que los sistemas de A.I. son solo un paso más en la evolución de la tecnología.

En entrevista con Innovación GS, el doctor en Inteligencia Artificial por la Universidad de California en Berkeley es enfático: “más que a las I.A.´s, el mayor temor debemos tenerlo a hacia nosotros mismos”.

¿Cómo podemos definir la Inteligencia Artificial?

Es una nueva tecnología que el hombre ha desarrollado para facilitar su vida. En ese sentido no es distinta a otras tecnologías que hemos generado a lo largo millones de años.

La tecnología empieza desde un lápiz y un papel que te ayuda a plasmar ideas; con un vehículo que te transporta y te permite acortar tiempos de traslado. Ahora tenemos nuevas herramientas a las que llamamos “inteligentes”.

¿Y por qué tanto temor?

Porque hay dos tipos de I.A´s. La específica que está programada para ayudarnos con tareas detalladas. Este es el caso del ChatGPT, que está hecho para copiar, nos brinda información que ya existe en la red y la codifica a partir de instrucciones que nosotros le damos.

Pero también está la Inteligencia Artificial Genérica.

Es la que vemos en las películas de ciencia ficción, que es capaz de realizar tareas diversas sin que nosotros le especifiquemos algo. Ya existen modelos así pero no al nivel de ocasionar una destrucción del ser humano.

¿Pero las I.A´s llegaron para quedarse?

Sí, pero no para desplazarnos sino para complementarnos. Harán tareas que nosotros podremos abandonar para dedicarnos a otras cosas.

Un reportero podrá pedirle a un robot que transcriba un audio o que redacte cierta información. Pero será muy difícil programarle la empatía o la perspicacia que solo un ser humano tendrá para entrevistar a alguien con la sensibilidad que requiere una conversación persona a persona.

¿Esto nos hará más flojos?

Depende de cada persona, pero también es positivo que mientras más podamos descargar tareas operativas en la Inteligencia Artificial, más podremos dedicarnos al ocio.

Lo cual es un derecho y algo bueno para las personas, sobre todo en un mundo donde nos quejamos tanto de no tener tiempo para nosotros mismos.

¿Entonces no hay riesgo de que “las máquinas nos dominen”?

En cierto sentido las máquinas y la tecnología ya nos dominan. Muchas de nuestras opiniones políticas están condicionadas y guiadas por lo que nos mostró un algoritmo. Muchos de nuestros gustos y deseos son producto de lo que un “bot” sembró en nuestro pensamiento.

¿Cómo debemos convivir con esta realidad?

Con criterio y sentido común. De lo contrario podemos ser presas de nuestros miedos y prejuicios. Es como con las “fake news”. Si no cuestiono lo que veo, fácilmente compraré todo lo que la red pone ante mí. Lo mismo ocurre con la tecnología y la Inteligencia Artificial.

¿Las máquinas pueden generar conciencia?

Hasta hoy no, y esa es la gran diferencia. Ya hay pequeños modelos de I.A´s Genéricas, pero todo lo que hacen está mediado por la programación.

Es necesario recordar que estamos ante una máquina que jamás suplirá la relación con una persona. Debemos caminar hacia modelos de educación y concientización que nos permitan trazar esa frontera con claridad.

Y también deben establecerse regulaciones legales…

Claro y en la Unión Europea ya hay avances. En México y América tardará más. Pero es probable que en el futuro haya un modelo virtual de etiquetado, similar al que hoy vemos en los alimentos.

Habrá leyendas, anuncios o productos que digan: “esto fue generado por Inteligencia Artificial”, lo que ayudará a formar criterio.

Pero no debemos temer que las máquinas nos exterminen, debemos tener miedo de nosotros mismos. Hay que evitar caer en la falta de criterio y conciencia que nos impida distinguir la frontera entre la realidad y el mundo artificial.

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