El cine mexicano, además de su calidad artística, ha servido como representación de una cultura colorida, festiva y entrañablemente diversa. En él, el papel de los actores ha sido fundamental.

Personajes como “el pachuco”, “Tizoc” o “la mujer dolida” catapultaron a actores como Tin Tan, Pedro Infante y Marga López; todos ellos son reflejo de un sentir puramente hecho en México. Recordemos con alegría algunas de sus más curiosas anécdotas. Por ellos que también son un orgullo mexicano.

La epoca de oro del cine mexicano forma parte de nuestra historia. No obstante, lo vislumbramos como una época tan lejana pero tan mágicamente mexicana, que la anhelamos como si realmente la hubiéramos vivido, como si la recordáramos con nostalgia. La realidad es que fue un periodo donde la creciente industria cinematográfica permitió emerger infinitud de talentos y en esa necesidad de sentir orgullo por la patria, los cineastas optaron por resaltar los símbolos que con el paso de los años se convertirían en los típicos estereotipos de lo mexicano.

En gran medida, lo anterior se debe a lo que los actores hicieron de sus personajes, las figuras que los inmortalizaron a través de sus espectaculares interpretaciones. Conozcamos un poco más de ellos.

Pedro Infante, un Rey Mago
Es un hecho que el personaje más querido del cine mexicano es Pedrito Infante. Motociclista, rompecorazones, gran padre, boxeador, vagabundo, campesino, carpintero y cantante, el adorado de los mexicanos lo tenía todo, desde un carisma inigualable hasta una gigante y única capacidad para expresarse a través de su dulce voz.

Los testimonios sobre este actor hacen énfasis en su simpatía, nobleza, sencillez, pero, sobre todo, generosidad. Una de las acciones más conmovedoras fue la que cada Día de Reyes llenaba a los niños de emoción.

Desde que se mandó a hacer su casona en Cuajimalpa, todos los 6 de enero, se dispuso a entregar juguetes a todos los niños que buscaran recibir uno. Así, la notica no demoró en saberse y lo que comenzó como un enorme acto de generosidad, se convirtió en una tradición de felicidad para todos los padres e hijos, quienes desde muy temprano se formaban afuera de la casa del ídolo de México haciendo largas filas para recibir un regalo de “Día de Reyes”.

Evita Muñoz (Chachita)
Otra de las consentidas del público mexicano. Los años han pasado, pero nadie podrá olvidar las trenzas de Chachita y el amor que su atita (Pedro Infante), le demostraba en las famosísimas cintas Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos.

Comenzar a actuar a tan temprana edad hizo que fueran estas interpretaciones las que llevaran a un consolidado Ismael Rodríguez a olvidar en una de las filmaciones, su nombre, por lo cual decidió llamarla “Muchachita”, y más tarde, para que se escuchara más bonito, “Chachita”. La mítica frase de 32 segundos es inolvidable para cualquier mexicano, donde la pequeña se corta su cabello para venderlo.

Con 45 años cumplidos, la no muy experimentada actriz Sara García, tuvo oportunidad de hacer el papel que la consolidaría como hoy la conocemos. Sin embargo, no tuvo mucha suerte, pues debía interpretar a Doña Panchita, una señora mayor. En ese sentido, su mediana edad no ayudaba a que hiciera la mejor actuación.

Se trataba de Allá en el Trópico, filme de Fernando de Fuentes, quien no consideró suficientemente buena la audición. Así, decidió tomar medidas drásticas. Comenzó por adquirir una peluca, enseguida se tumbó 14 dientes, y como si fuera sencillo y normal, se fracturó la rodilla, de forma que el uso del bastón se percibiera lo más natural posible.

Entrañable e inolvidable el cine de oro mexicano vive en los corazones que quisieron cantar mariachi, tener el carácter de la doña, ser consentido de Pedro Infante o convertirse en la viva imagen de ternura y apapacho. Por ellos y por la libertad, ¡Viva México!