Las princesas y sus demonios
La psicología detrás del cuento
Por generaciones, las princesas de cuentos han formado parte importante de la vida de niñas y niños. A través de ellas aprendemos, nos reímos y lloramos, algunas llegan a convertirse en nuestros personajes favoritos.
Conforme crecemos, generamos criterio, y eso nos hace detectar aspectos de sus comportamientos, que quizá no sean tan “normales”. No olvidemos que estas heroínas fueron creadas por adultos.
Ahora bien, no vamos a dejar de amarlas, pero hoy queremos contarte algo distinto: el aspecto psicológico de algunas de ellas.
¿Te has preguntado si es normal que alguien se enamore de su captor?, o, ¿que sea necesario cambiar de aspecto para encontrar el verdadero amor? Que suceda, no significa que sea lo más sano.
Ariel, la que cambió por amor
Es sabido que los cuentos originales para niños conservan claros tintes de crueldad. La Sirenita, por ejemplo, es un cuento bastante oscuro que implica sacrificio y lucha entre dejar de ser para convertirse en otra cosa, por alguien más: el príncipe.
¿Acaso toda la esencia de Ariel, y lo que representa, está mal, y para poder encontrar el amor necesita despojarse de sí?
Bella y el Síndrome de Estocolmo
Si pudiéramos decirle algo a Bella sería: “No importa cuántos libros te haya regalado, sigue siendo tu captor”. La historia de una joven inteligente, guapa y lectora que se sacrifica por su padre y se convierte en cautiva de una bestia, de la que termina enamorándose, es un relato que ha despertado mucho interés.
En psicología, Bella es un típico caso del Síndrome de Estocolmo: cuando la víctima de un secuestro termina por desarrollar un vínculo afectivo con su secuestrador.
Cenicienta
¿Por dónde empezar? Aquí hablamos de abuso, miedo al rechazo, dependencia y necesidad de salvación. Por ahora, nos quedaremos con la dependencia, un aspecto que en la película Frozen se satiriza cuando Kristoff le pregunta a Anna: “¿Te vas a casar con alguien acabas de conocer?”. El síndrome de la Cenicienta se caracteriza por la dependencia de la mujer hacia el hombre, emocional y económica. Sin él, ella se siente “nada” y por eso necesita ser “rescatada”.
En su momento, estos cuentos tuvieron una razón de ser, pero resulta interesante analizar y cuestionarnos. Claro que no por ello dejaremos de disfrutar estas grandiosas producciones musicales, animadas, pues todos, crecimos con ellas.
¿Qué princesa es tu favorita?
¿Por qué crees que tengan que existir estas historias?
¿Qué te hace pensar lo que acabas de leer?
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